El estudiantado de medicina contra la violencia machista

Desde la División de Igualdad de Género del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina consideramos que el feminismo debe empapar todas las esferas de nuestra vida.

Celebarmos el Día Mundial contra la Violencia Machista

Así como el machismo nos lleva afectando desde la educación cuando éramos pequeñas diciéndonos los juguetes que debíamos usar, en el ámbito familiar con diferentes libertades para salir (las horas, las parejas, la ropa, las formas de sentarse, de hablar, de liderar), roles impuestos (las chicas calladas, sensibles y guapas; los chicos jefes, agresivos y machos) y expectativas basadas en ellos tanto a nivel profesional como a la hora de formar una familia.

El ámbito de la pareja no es el único en el que podemos encontrar Violencia de Género. Por desgracia, siempre oímos que las mujeres han sido asesinadas por su marido, su ex o su novio. Sin embargo, también la universidad, el Hospital, las instituciones e incluso la música son el vivo reflejo de la discriminación solo por el hecho de ser mujer. Desde los profesores que hacen comentarios machistas en clase, hasta los médicos que tratan de forma distinta en las prácticas. A eso le sumamos cómo en los medios se trata de quitar importancia al machismo y describirnos como radicales a las feministas, la música sexista de todos los géneros y el enorme techo de cristal o suelo pegajoso que tenemos las mujeres tras arrastrar esa educación mencionada y enfrentarnos con una sociedad que no nos quiere liderando.

Reclamamos que las calles también son nuestras, que yo sí te creo hermana.

No son solo frases que gritamos hoy. Las gritamos todos los días. Continuamente llegan a los hospitales mujeres que han sido violadas, que son maltratadas física o psicológicamente por sus parejas, niñas que sufren esa violencia en casa, abuelas que llevan en silencio décadas. Pedimos que se nos eduque para tratarlas y que se pongan medios, como se hace en el resto de la prevención en salud, para que esos números disminuyan. Todas conocemos el sentimiento de tener miedo al caminar sola por la calle. Y no se lo deseamos a nadie.

También desde la profesión vivimos la discriminación solo por ser mujeres «¿dónde está el doctor?», «¿qué haces esta noche, estudiante?», «si vas a tener hijos, no podrás ser jefa de servicio». Nosotras también somos doctoras. Pedimos que se deje de sexualizarnos constantemente y una corresponsabilidad en los cuidados.

Decimos basta. Por ti, por mí, por nosotras y las que no están. 

Nos vemos en las calles.

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